En la zona de Quinto Real puedes encontrar, entre otras maravillas, la Real Fábrica de Municiones de Eugi.
El pasado puente de noviembre de 2020 decidí acercarme a la zona de Quinto Real, cerca de la frontera con Francia. Un lugar especial que te traslada tiempo atrás, y más en otoño cuando los colores toman vida.
HISTORIA DE LA FÁBRICA:
Fue construida en 1766 y llegó a estar en funcionamiento unos 30 años. Pero fue en 1794 cuando las tropas desmantelaron la fábrica en una contraofensiva del ejército francés durante la guerra de los pirineos. Hasta entonces se decía que llegaron a vivir en ella más de 500 personas, lo que nos hace una idea de la magnitud del edificio.
Entre sus instalaciones se encontraban carboneras, hornos de fundición, molderías, talleres de calibrado y salas de limpieza de municiones. Durante todo el tiempo que estuvo en funcionamiento la fábrica las condiciones eran bastante duras: la comida no llegaba o la que llegaba no era suficiente, los trabajadores estaban aislados de los pueblos colindantes, y el salario que percibían además no era muy alto.
Así como la Fábrica de Armas de Orbaizeta sí que consiguió volver a funcionar, las ruinas de la de Eugi fueron a más y en 1.843 fue abandonada del todo.
RECORRIDO DE LA FÁBRICA:
A día de hoy el acceso a la fábrica de armas está bien señalizado y es visibles desde la misma carretera.
Para llegar a ella puedes hacerlo en coche desde Francia o desde el pueblo de Eugi (Navarra), en ambos casos hay que ir por la nacional NA-138 y a unos 10kms aproximadamente llegarás a ella (https://goo.gl/maps/1SDSspLUQRf4e9V27), donde podrás encontrar aparcamiento. Aunque si lo prefieres puedes dar un paseo a través del río Arga, el cual transcurría por toda la fábrica.
Una vez aparcas los restos principales de la fábrica de armas son bien visibles. En todo momento el recorrido consta de vallas de madera y de paneles donde tienes todo tipo de información para poder entender la historia del lugar y de lo que allí se vivía. A un lado de la carretera puedes encontrarte con los hornos de fundición, donde lo más llamativo es una estructura de hierro que los protege, y junto a ellos está la carbonera menor. Toca cruzar al otro lado de la carretera y podremos ver la carbonera menor, restos del edificio de talleres, almacenes y viviendas, o los 8 arcos que aguantaban todo el edificio sobre el río Arga.
Ahí es cuando te das cuenta de que la vegetación ha tomado camino entre ella y ha recuperado su lugar: restos de paredes llenas de musgo, hayas verdes abriéndose camino, el rio Arga bajo los arcos que sustentaban la fábrica… Un sitio privilegiado y con un encanto especial.
CURIOSIDADES:
Alguna gente del lugar comenta que los operarios aprovechaban las balas de cañón, conocidas como pelotas, para poder calentar la leche y así poder hacer cuajada.
Se optó por construir un camino terrestre hasta la Fábrica de Armas de Orbaizeta, que también conectaría con Irurita.
Desde allí, los cargamentos de munición serían transportados por el Bidasoa mediante gabarras hasta el Cantábrico.
En aquella época el poblado era grande: reunieron una escuela, centro médico y hasta capilla, además de las dependencias donde dormir los trabajadores del lugar. La misma fábrica, debido a su ubicación, contaba con un acceso bastante limitado: para resolverlo, se valoró la posibilidad de hacer navegable el río Arga, pero se desestimó por su alto coste.
En la actualidad existen visitas guiadas a la fábrica, contactando a través del correo electrónico del Centro de Referencia Histórica de Eugi, con un precio a partir de 3€.
Un precio que merece la pena pagar ya que quienes las imparten son especialistas los cuales te guiarán para poder imaginarte lo que allí se hacía que no tiene nada que ver con el mundo actual. Aunque también existe la opción de ir por tu cuenta, donde quizás la mejor elección sea la de Gaztelu-Olaberri (https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/631-sendero-gaztelu-olaberri-eugi-15647734).