Así se titula un día improvisado, donde nos juntamos por casualidad un servidor y tres grandes de la fotografía como son Rafa Berlanga, Javier Martínez Morán e Iván Ferrero.
Fue la tarde del miércoles cuando escribí a Rafa para comentarle la idea que tenía: ir a Toledo a captar la niebla ya que acababa de ver en el tiempo que decían que habría alta probabilidad de nieblas por el tiempo que hacía (más calor en la ciudad que en la sierra) y su respuesta fue clara: ¡claro que si!.
La aventura comenzaba desde Las Rozas, donde salimos Rafa (https://www.facebook.com/rafaberlanga?ref=br_rs) y yo, camino hacia Toledo para ver si cazábamos la niebla al amanecer. Durante el camino la niebla iba cerrándose y al llegar a la capital ¡no se veía un pimiento! AL llegar buscamos una buena ubicación y decidimos ponernos en lo alto del Parador de Toledo.
Al llegar cual fue nuestra sorpresa: en lo alto de una piedra estaba Iván Ferrero (https://www.facebook.com/profile.php?id=100009678540231&ref=br_rs), que fue el primero en reconocer a Rafa por “sus barbas”, jejeje. Subido en la piedra con su cámara lista para captar el momentazo.

Pero al dejar las mochilas para sacar nuestros equipos, al lado de un árbol agachado, estaba Javier Martínez Moran (https://www.facebook.com/javier.martinezmoran.355), verificando uno de sus cuerpos que estaba realizando un timelapse; poco tardó porque cogió su otro cuerpo y se puso también a realizar las instantáneas. Durante la espera y las diferentes tomas Iván, Javier, Rafa y yo anduvimos hablando, compartiendo ideas, dudas, anécdotas… Pero siempre atentos a la salida del sol.
Y fue entonces cuando la locura se desató: el sol comenzaba a salir, la niebla dejaba entre ver el alto de la Catedral así como el Alcázar y el mismo sol empezaba a descargar sus rayos sobre ellos: Cámara para allí, objetivo para allá, cambio de sitio, mirar a la izquierda, a la derecha, vuelta a un objetivo angular, cambio rápido a un tele… Un momento divertido de recordar y donde pudimos retratar el instante que buscábamos.

Tras dos horas y media tomando fotos e instantes, empezó a llegar gente, más saludos, más historias, más impresiones… Y fue el momento de recoger los bártulos ya que el sol ya había subido y la niebla volvía a esconder por completo la Ciudad. Antes de volver hacia Madrid quedaba tomar un buen café y desayuno, ver algunas fotos de las redes sociales así como esas famosas “histories” que hoy en día están tan de moda y descargar un poco las piernas.
Tras el último sorbo de café, de vuelta a casa con los deberes bien hechos.
Podéis ver una noticia que se publicó en ENCML (http://www.encastillalamancha.es/castilla-la-mancha/toledo/madrugar-para-conseguir-estas-fascinantes-imagenes-de-la-niebla-que-cubre-toledo/#ringtone/gallery/galeria1/8).

